lunes, 6 de julio de 2009

Una derogación por sus errores

Yehude Simón y nativos. Tomada de Google.

La derogación de los decretos 1064 y 1090 es el regreso a la paz y la tranquilidad que tanto pedía la nación. Esta medida era necesaria mucho antes del siempre recordado 5 de junio, cuando tras unos sentimientos alborotados y bajo una orden de estado se realizó la matanza entre nativos y policías en el paro que realizaban los aguarunas en la carretera del diablo en Bagua, en busca de la ahora tan cuestionada derogación de los decretos antes mencionados.

Esta decisión planteada y sugerida por el primer Ministro, Yehude Simón, es recién ahora aceptada por el oficialismo según afirma “por razones de estado” y es ampliamente discutida por la oposición pues según señalan se convierte en el mayor error de retracción del gobierno ante unas protestas y su muestra de debilidad ante unos reclamos, y por ello lo tildan hasta de inconstitucional.
Por otro lado está el Humalismo, que ya es sabido instó y alborotó a los protestantes nativos a “reclamar por sus derechos”, que también está a favor de esta derogación, pero pide que se reconsidere la suspensión por 120 días que se ha planteado a siete congresistas de su bancada.
Todo esto expuesto en una reunión en el congreso, que tuvo una duración de más de cinco horas y donde el más atacado y cuestionado fue el premier, quien ante su ausencia tuvo nula oportunidad de defenderse.

Para nosotros, como integrantes de la nación, es fuertemente aplaudida la decisión, pero a la vez es penoso notar, una vez más, que nuestro gobierno, lleno de necedad, orgullo y prepotencia obtenida por la confianza que le otorgó su pueblo, se equivocó y que ahora ante los funestos hechos ocurridos en la selva peruana, fuertemente discutidos a nivel nacional e internacional, no lo queda más que aceptar su errores, errores que les costó la vida a más de 24 nativos y 10 miembros del orden. Aceptarlo claro, después de notar que era ya un problema que se les escapó de sus manos y ante el cual no había más que ceder, buscando siempre y de alguna manera quedar como “los buenos de la película”.

Aún así nuestro siempre OPTIMISTA presidente de la república no se cansa de asegurar que somos un país con amplio poder de desarrollo y en vías en crecimiento. Crecimiento que claro se da en un estado lleno de inestabilidad política, enfrentamientos por ideologías y desagrados personales en el congreso, con la deprimente caída de nuestra economía y con los nunca INFALTABLES ERRORES Y HORRORES en sus siempre inacertadas decisiones que “solo buscan nuestra prosperidad” y que en ese camino lograron acabar con la vida de muchos de sus habitantes, pero debemos seguir adelantes pues según él asegura: “EL PERÚ AVANZA!”

Nadie niega que errar es humano y que, como en estos casos, reconocerlo es divino…pero tropezar más de una vez con las mismas piedras viene ya a ser más que nada un gusto por los golpes…golpes que al final terminamos sintiendo y afrontando el resto de peruanos; tal es el caso, en esta desafortunada oportunidad, de las familias de nuestros compatriotas nativos y los policías caídos.

Imagen tomada de Google.

Más Información

El Caso León Alegría y la lucha anticorrupnción.

Imagen tomada de Google
Tema: La excarcelación a Rómulo León por el caso de los petroaudios.
Diario: El Comercio (Online).


Fecha: Domingo 05 de Julio del 2009.
Asunto: El diario El Comercio,en este editorial, señala tener cierta sospecha acerca de la excarcelación a Rómmulo León Alegría, principal responsable de lo problemas de concesión de áreas petroleras a empresas extranjeras. Afirma que con dicha decisión la tan planteada lucha anticorrupción se muestra en caída y con ello se resta fuerza a los anuncios de reforma y mejora de su imagen que tanto ha intentado plantear el Poder Judicial. Además queda totalmente claro que es demasiado raro que el proceso de investigación para este caso camine tan lento y que en su desarrollo se haya llenado de trabas y pretextos inverosímiles.

Y ésta renuncia…¿para qué?


Si bien ya deberíamos estar acostumbrados a no tener las mejores, ni más agradables noticias para nuestro país, durante los últimos días hemos recibido unos de los peores bombardeos de informaciones desastrosas, opiniones desfavorables y las peores decisiones políticas durante estos tres años y medio del gobierno de nuestro presidente Alán García y los equívocos errores de su gabinete ministerial.


El penoso y desagradable hecho suscitado por los nativos aguarunas en Bagua, es algo grave que pone de luto a todo el Perú, dadas las cifras de muertos y heridos, y en tela de juicio, una vez más, a las decisiones que suelen tomar nuestros asertivos “representantes políticos”: desde nuestro locuaz presidente de la república calificando de “barbarie” la actitud de protesta de nuestros compatriotas nativos, hasta nuestro condescendiente premier cerrándose en una afirmada denegación a la derogatoria de las leyes que atentan y vulneran los derechos sobre las tierras selváticas.


Resulta ahora que por razones “de un desacuerdo sobre el manejo del gobierno ante el brutal enfrentamiento entre policías y nativos” nuestra representante del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, Carmen Vildoso ha presentado su renuncia, irrevocable, ante las autoridades competentes, demostrando así, según la misma percepción de nuestra opinión pública, solidaridad con los protestantes asesinados cruelmente y sus familias; así como sensatez y dignidad frente a un claro error de nuestro gabinete ministerial y un orgullo que les impide a muchos de ellos, como Yehude Simón y Mercedes Cabanillas, admitir su grado responsabilidad en lo ocurrido.


Dado este hecho, casi irrelevante y sin consecuencia alguna, la gran pregunta es: ¿es verdaderamente necesaria y contundente la renuncia de Vildoso para hallar una solución y establecer un clima de estabilidad y tranquilidad en los aguarunas? La respuesta es más que evidente y al parecer no es más que una cortina distractora de nuestra realidad o simplemente un acto más de nuestro acostumbrado circo gubernamental, que según parece siempre anda en busca de un lavado de manos acta toda equivocación o una dimisión ante la claramente caída en picada, y de cara, del periodo de gobierno de García.